Una comedia constitucional: ¿Por qué no deciden el caso de las mamás lesbianas de Medellín?


Hace más de un mes me encontré en Medellín con Álvaro León Monsalve, más conocido como la Abuela, un agudo y sabio activista LGBT de Medellín. Él me preguntó: "Mauricio, ¿oíste, y por qué es que los magistrados no deciden pues el caso de las mamás?" Le conté a la Abuela las intrigas palaciegas y él, con esa sabiduría que dan los años dijo: "me lo suponía".

Quiero compartir con ustedes algunas de las razones que explican por qué este caso no se decide. No vale la pena guardar secretos de quienes anteponen la dignidad de una familia al cálculo político.

Todo esto demuestra la inmadurez de los magistrados, la falta de compromiso con la igualdad y con los derechos de una niña a tener una familia.

Magistrado Mauricio González se demora en firmar la sentencia de matrimonio igualitario. Para algunos magistrados sin esta sentencia firmada y publicada no era posible dar la discusión. Después de muchas presiones públicas y privadas, el magistrado González firmó la sentencia y ya se encuentra disponible con la aclaración de voto. Un año para redactar y firmar una sentencia, por un magistrado que al parecer trabaja medio tiempo (algunas versiones cuentan que el texto de la sentencia estuvo tres meses a la espera de su firma).

Magistrado Juan Carlos Henao renuncia a ser magistrado para irse de rector de una universidad. Esto es un hecho absurdo y extraño. En cualquier país del mundo un rector renunciaría para ser juez del tribunal constitucional, pero nuestra justicia está muy despretigiada y el Externado es poderoso. Como lo he dicho antes, la renuncia de Henao es irresponsable con la Corte y con la defensa democrática de la Constitución. No solo su salida afecta el equilibrio ideológico, sino que por su candidatura se dejó atrás al mejor constitucionalista del país, Rodrigo Uprimny. Henao prometió a los cuatro vientos que dejaría resuelto el caso de las mamás lesbianas. Renunció y no cumplió. No le reprocho su talante liberal, sino su irresponsabilidad con el país y con esta familia.

Magistrado Humberto Sierra se enferma el día que se va a discutir el caso. Esta razón puede ser válida y muy respetable. Algunas personas dudan de esta versión y del compromiso de Sierra con las libertades y con la libertad. Él es un constitucionalista más comprometido con los políticos que con las libertades. Más comprometido con su nuevo cargo en la Corte Interamericana que con el viejo. Sierra es el responsable de que no exista un derecho claro y contundente al matrimonio entre parejas del mismo sexo. Él decidió unirse al bloque conservador en la sentencia C-577 de 2011 sobre matrimonio y abandonó al bloque progresista que proponía una solución técnica e igualitaria. Gracias a Humberto Sierra tenemos este escenario de confusión sobre el matrimonio. Se dice también que para preparar su candidatura a la Corte Interamericana prefería no discutir temas polémicos. No me consta, pero tampoco me extraña.

Una anécdota adicional para probar la falta de compromiso de Sierra, y de paso de la sala plena, con este caso. El jueves pasado fuimos con una amiga a almorzar al Corral del Centro Cultural Gabriel García Márquez. Allí estaba Sierra almorzando con uno de sus magistrados auxiliares y con otra persona. El magistrado estuvo dos horas almorzando, y de hecho, cuando abandonamos el lugar, él seguía departiendo sin ningún afán. Obviamente los magistrados tienen derecho a almorzar, de eso no hay duda. Pero era el día de sala plena, y se supone que ese día los magistrados trabajan con mucha devoción en los asuntos pendientes y, en particular, los represados. "Cómo han cambiado los tiempos", dirían las abuelas. Mi recuerdo de judicante en la Corte es que el día de sala plena era uno crucial, de gran concentración intelectual y política.

Ahora la sala plena es de medio día. Sin explicación alguna y con agenda llena, la levantan para la siguiente semana. Seguramente los magistrados requieren almuerzos más largos y menos concentración en los casos.

De Henao y Sierra se dice que son académicos. Discrepo con mis queridos amigos Santiago Pardo y Ariadna Tovar (Relevo en la Corte Constitucional: ¿quién reemplazará a Henao?). Henao no es constitucionalista y su especialidad claramente está lejana de las discusiones que tuvo que dar. Sus discusiones en la Corte fueron más intuitivas que técnicas. Es un liberal a toda prueba, pero con poca técnica constitucional. Sierra es una académico, pero enemigo de muchas de las facultades de la Corte (es un minimalista constitucional) y no tiene compromiso real con la igualdad de las personas LGBT. Henao es un liberal con poca experiencia en el derecho constitucional y Sierra es un liberal cobarde, esos que se llenan de palabras, puestos y fama, pero que no toman ningún riesgo.

Magistrado Jorge Pretelt "secuestra" la decisión. Con la salida de Henao, se encargó a Adriana Guillén como magistrada. Su nombramiento fue visto como un triunfo por algunos porque era magistrada auxiliar de Henao y eso garantizaba continuidad en las discusiones. No obstante, según algunas versiones, el magistrado Jorge Pretelt manifestó en la sala plena que no podría votarse este caso sin el nombramiento de un magistrado o magistrada en propiedad. Quizás está esperando a Ilva Myriam Hoyos para destruir una familia. Si se cumple la petición, este caso quedará sin decidirse al menos hasta después del 20 de julio, cuando inicien las sesiones del Congreso, eso, si el Consejo de Estado elige por fin una terna. Incluso podría demorar mucho más con la salida de Sierra en septiembre. La salida de Sierra y Henao dejan en una gran incertidumbre el futuro progresista de la Corte. Si nombran dos magistrados conservadores, empiezan los "dolorosos".

Magistrado Nilson Pinilla da cantaleta. Este es un factor conocido, pero perturbador. Cada vez que se aborda el tema de los derechos de las personas LGBT y nuestras familias, el magistrado Nilson Pinilla inicia una cantaleta interminable sobre la homosexualidad como una enfermedad curable, lleva libros, videos y entra en cólera. Esto es inaceptable en la sala plena de la Corte Constitucional, pero por la avanzada edad de Pinilla y su fundamentalismo, los otros magistrados lo escuchan con resignación y sin mucha atención. Sus argumentos son constancias para la historia de la ignominia y la discriminación contra nosotros. Lo peor es que retrasan el debate y sigue desprotegida una niña.

Magistrado Eduardo Mendoza recibe al Arzobispo. El Presidente de la Corte, encargado de dirigir los debates y establecer el orden del día (el gran responsable de este retraso), recibe al Arzobispo de Bogotá y en un discurso público, el religioso interviene en el caso de las mamás de Medellín, transgrediendo el reglamento y comprometiendo la imparcialidad de Mendoza y de la Corte en este caso. Ana, una de las mamás, ha llamado varias veces al despacho del Presidente de la Corte y pide cita bajo las mismas condiciones del Arzobispo. Hasta ahora ni siquiera le devuelven la llamada.

Esto es una comedia constitucional, con malos actores, excusas ridículas y que tiene como resultado la desprotección de una familia. Esto ocurre porque los votos decisivos no quieren arriesgar sus carreras y porque la Corte ha perdido la majestad y la altura a la que nos tenía acostumbrados la Corte de Angarita, Gaviria, Martínez, Cepeda, Monroy o Tafur. Cómo nos hace falta un magistrado o magistrada que nos haga sentir orgullosos.

Querida Abuela, es probable que el caso tampoco se decida esta semana. Tal vez estas intrigas expliquen por qué los magistrados no deciden. Tú y yo sabemos que detrás de todo esto está el prejuicio como el gran titiretero de los jueces, o tal vez el Arzobispo, uno nunca sabe. 

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