¿Pasará la Corte Constitucional el test de igualdad?

La próxima semana la Corte Constitucional empezará a estudiar dos casos trascendentales: el derecho al matrimonio y a la adopción de las parejas del mismo sexo. El primer tema se discute en una demanda de inconstitucionalidad presentada por un grupo de organizaciones y ciudadanos encabezados por Colombia Diversa y Dejusticia. El tema de la adopción se discute a partir de una acción de tutela de una pareja de mujeres quiénes tienen una hija, y buscan a través de la acción que la madre no biológica tenga la adopción de la hija biológica de su compañera.


Más allá de los importantes aspectos de técnica constitucional que se debaten, el punto central de estos dos casos es si lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas seremos tratados como ciudadanos y ciudadanas igualmente dignos y sin ninguna discriminación.


La prohibición de contraer matrimonio y de adoptar niños, y aún más, la negación sistemática de nuestra condición de familia, están basados en la discriminación histórica y en prejuicios religiosos. No existe argumento razonable para negarnos nuestra condición de ser humanos igualmente dignos que los heterosexuales. Toda homofobia es irracional. Mi condición de ser humano no está abierta al debate con fundamentalistas. Todo intento por negarnos derechos es una afrenta contra un principio fundamental de la democracia: la promesa de que todos seremos tratados como iguales.


La Corte Constitucional enfrenta uno de los más duros retos de su historia reciente: pasar el test de igualdad.


Si la Corte reconoce la injustica y por tanto declara que el matrimonio es un derecho que no debe ser un privilegio de heterosexuales, la Corte será coherente con su propia jurisprudencia y cumplirá con la promesa constitucional. La Corte pasará a ser parte de la historia del cambio social y de la lucha por la libertad.


Por el contrario, si la Corte mantiene el estado de injusticia actual, pasará a la historia como un actor más que legitimó la homofobia. Será parte de la historia del odio y la discriminación. Los magistrados nunca más podrán hablar con propiedad sobre la igualdad y la libertad. Negarnos nuestros derechos será una mancha en la constitución, en la carta de derechos y en la jurisprudencia.


¿Pasará la Corte la prueba de la igualdad? ¿podrán los 8 magistrados y una magistrada heterosexuales pasar el test de la igualdad?


La mala noticia para los homofobicos es que cada día somos más las personas que creemos en la igualdad y la libertad. Cada día, en cada rincón del mundo lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas salimos de las jaulas en las que nos encerraron. Cada día estamos más orgullosos. Cada día convencemos a un/a amigo, a un/a familiar, a un/acompañero de trabajo, a un/a vecino, a un/a extraño, a un/a político, a un/a profesor, a un/a trabajador, a un/a periodista... cada día estamos menos solos... como dice una poderosa campaña en internet contra el suicidio de adolescentes homosexuales: todo se mejora! 


Poco a poco el mundo un lugar más igualitario para lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas. Es cierto, también nos siguen matando, discriminando, excluyendo, insultando y aislando.  Pero seguimos defendiendo nuestras vidas, nuestra felicidad y nuestras familias. 


Defendemos también un patrimonio de la humanidad: creemos en la igualdad y la justicia para todas y todos. 


Y al final siempre nos queda el consuleo de que no seremos machos, pero somos muchas.

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