“Me declaro objetor de conciencia” Reconocimiento y desafíos del derecho a la objeción de conciencia al servicio militar obligatorio

“Hago públicos mis principios de conciencia, pues aunque creo que nuestro país sí requiere de un servicio, éste debe estar alejado de una obligación de carácter militar; un servicio que contribuya a reducir las enormes diferencias sociales que existen actualmente en nuestro país, pero desde un accionar noviolento. Los jóvenes como yo, necesitamos garantías para el ejercicio de nuestros derechos, de nuestros valores, de nuestros principios para la reivindicación de la vida y la construcción de futuro. Me declaro objetor de conciencia públicamente ante todos ustedes, puesto que siempre lo he sido, pero ahora me veo obligado a hacerlo desde el interior de un batallón, por cuanto me negaron la posibilidad de hacerlo en el marco del debido proceso para definir mi situación militar y por ende, la única posibilidad que tenía de argumentar y exponer mis razones”. Diego Yesid Bosa Rico, 1 de noviembre de 2009[1]

En la página web de la Red juvenil de Medellín existen declaraciones públicas de objeción de conciencia como la de Diego. Junto con estas manifestaciones, también hay relatos de las arbitrariedades del Ejército al momento del reclutamiento. Lo anterior evidencia que las Fuerzas Militares incumplen la Constitución y no han creado mecanismos institucionales que hagan posible el derecho a la objeción de conciencia.

El derecho a la objeción de conciencia al servicio militar obligatorio fue reconocido por la Corte Constitucional en la sentencia C-728 del 14 de octubre 2009[2]. En este breve texto se recogen las líneas centrales de la sentencia de la Corte[3], y se plantean algunos retos para los objetores y para las organizaciones de la sociedad civil, quienes deben de emprender acciones políticas y judiciales para que la sentencia C-728/09 se haga realidad para miles de jóvenes quienes por razones de conciencia están desacuerdo con prestar el servicio militar.

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