El anzuelo del litigio por el matrimonio gay



El 2010 es sin duda el año del matrimonio entre parejas del mismo sexo en América Latina. No sabemos si será el año del reconocimiento o de la derrota, aún es muy incierto este debate.

La Asamblea Legislativa del Distrito Federal de la ciudad de México aprobó el matrimonio entre parejas del mismo sexo. No obstante, la Procuraduría mexicana podría llevar esta ley al control judicial por parte de la Corte Suprema. A esto se suma la propuesta del Partido de Acción Nacional (PAN) de realizar un referendo nacional contra la ley. Por su parte, una juez del poder judicial de la ciudad de Buenos Aires profirió una sentencia el 10 de noviembre de 2009, en el cual autorizaba el matrimonio de una pareja del mismo sexo. Este hecho generó una autentica batalla judicial por el matrimonio que llevará a la Corte Suprema de Argentina a pronunciarse sobre este asunto en los próximos meses.



En Colombia la situación no es diferente: en julio de este año un grupo de ciudadanos interpusieron ante la Corte Constitucional dos demandas que buscan la inconstitucionalidad de las expresiones “hombre” y “mujer” en el artículo 113 del Código Civil, y de esta manera el reconocimiento del matrimonio entre parejas del mismo sexo.

El debate colombiano se ha dado al margen de la opinión pública, principalmente porque estas acciones judiciales fueron interpuestas por ciudadanos que sucumbieron al “anzuelo del litigio” (Hollow Hope, Gerald Rosemberg).

Varios factores juegan en contra de estas demandas. En primer lugar, debe darse un cambio en le precedente sobre el concepto de familia, algo que no parece fácil aún con un precedente constitucional a favor de las parejas del mismo sexo.




Aunque la Corte avanzó en la protección de los derechos de las parejas, las sentencias no han sido del todo progresistas ni han logrado eliminar las desigualdades legales y la ciudadanía de segunda clase de gays y lesbianas. En el seno del precedente hay una tensión que cada vez se hace más creciente e insostenible para la igualdad y plenos derechos de estas parejas: proteger los derechos de las parejas del mismo sexo en tanto sean asimilables a las parejas heterosexuales, pero al mismo tiempo no reconocer que ambos tipos de parejas merecen de forma inmediata la misma protección y respeto, especialmente en la protección constitucional de la familia de las parejas del mismo sexo. La Corte Constitucional no ha afirmado de forma clara y contundente que las parejas del mismo sexo son iguales y tienen los mismos derechos que las parejas heterosexuales, por el contrario, ha creado una jurisprudencia que protege a las parejas pero las mantiene en un estatus inferior de protección.

En segundo lugar, la gran mayoría de los magistrados son nuevos y no sabemos qué tan liberales son en estos asuntos. A esto se suma que el Procurador es un enemigo importante con gran influencia en ciertos magistrados, a pesar de su pérdida de credibilidad por sus posiciones religiosas (de hecho hay dos recursos de recusación para que no participe en el proceso constitucional).

Finalmente, creo que el obstáculo más importante para las demandas es que no existe una movilización social, política y mediática intensa para el reconocimiento de este derecho. A diferencia del caso mexicano y argentino, nuestro debate es al interior de la Corte sin ninguna influencia de actores sociales externos. Es peligroso dejar solos a nueve jueces tomando tan trascendental decisión.


A pesar de que varias organizaciones e instituciones como Colombia Diversa, Dejusticia, el Observatorio de Discriminación Racial, Women´s Link, Universidades, entre otros han acompañado estas demandas, no hay un debate social ni legal sobre el matrimonio entre parejas del mismo sexo.

En fin… los demandantes sucumbieron al “anzuelo del litigio” y dejaron librado al azar judicial una batalla trascendental para nuestros derechos. No se puede confundir los argumentos constitucionales con la realidad de la política constitucional… Espero que la Corte tome una decisión que favorezca nuestros derechos… si la decisión es contraria tal vez empiece una nueva lucha política…

Comentarios

Unknown dijo…
Ademas el caudal electoral de unas ultra godas como Liliana Rendon y Olga Suarez Mira, al Senado, es preocupante en tanto uno de sus lemas homofobicos tenia que ver con la defensa de la familia tradicional. En fin, veremos.
Muchas veces me he preguntado si la falta de dolientes a una ley sobre los derechos civiles para las parejas del mismo sexo tiene que ver con el hecho de que este es un interés de unos pocos militantes y no de los ciudadanos homosexuales y lesbianas comunes y corrientes. También debe relacionarse con que el interés de algunos maricones y bolleras ricos/as no está precisamente en la posibilidad de compartir su capital financiero con “algo” que solamente es un polvo duradero. Creo que para muchos/as hay una gran diferencia entre el amor y la economía y que incluso son dos temas irreconciliables.
Unknown dijo…
En Colombia la movilización social y los canales de intervención ciudadana han sido tradicionalmente excluidos de los porcesos legales, a mi modo de ver, la diferencia con otros países en principio es esa; el tema de los derechos a parejas del mismo sexo no es la excepción, interesa a muchos pero lo apoyan menos y lo impulsan (públicamente) muy pocos; ojalá el cambio que se ha dado en otros temas, la movilización que se ha dado en otros campos como en los recientes de la salud y el referendo, motive actitudes más participativas, en éste y otros tópicos y se de un análisis profundo que incluya todos los aspectos de una decisión que, hay que reconocer, sería trascendental en nuestra sociedad decimonónica y que teniendo en cuenta antecedentes históricos, requiere de un gran esfuerzo educativo en todos los ámbitos de la comunidad. Recordemos que la abolición de la esclavitud conllevó al apartheid, la libertad de cultos a las persecuciones religiosas, el comunismo a la represión politíca....a veces por hacer mas hacemos menos. El verdadero reto es conjugar ley y derechos, con su aplicacion en la cotidianidad.
Anónimo dijo…
Hola, muy interesante el post, felicitaciones desde Colombia!

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