Ordóñez seguirá y nosotros también
Keith Haring. Foto Malbarracin |
Iniciaba mi correo electrónico: “Un
ciclo conservador se está fortaleciendo en las instituciones. La
elección casi segura de Alejandro Ordoñez Maldonado en la
Procuraduría General de la Nación es muy preocupante”.
Luego les
contaba parte del prontuario que la opinión pública ya conoce: Ordóñez perteneció (¿pertenece?) a la organización tradición, familia y
propiedad, que era enemigo de los derechos de las mujeres, de la
población LGBT, de la libertad de expresión (caso Soho) y de la
dosis personal.
Además, escribía, era enemigo de la inteligencia que con
una mano quemaba libros en la Biblioteca Pública Gabriel Turbay en
Bucaramanga y con la otra escribía un libro sobre el artículo 16 de
la Constitución llamado “el libre desarrollo de la animalidad”.
Terminaba
mi correo de esta manera: “Nos esperan cuatro años de oscuridad en
la Procuraduría, o en otras palabras, cuatro de años de activismo y
defensa de nuestros derechos”.
Hoy
27 de noviembre de 2012, casi cuatro años después, fue reelegido Alejandro Ordóñez. Soy cuatro años más viejo y también tengo la
experiencia para decir que a pesar de Ordóñez hemos avanzado en
nuestros derechos en los últimos cuatro años.
El Procurador ha
fallado respecto a los derechos LGBT, como ha fallado en casi todo. Hemos
logrado el reconocimiento de más derechos (parejas, familias,
expresión de afecto en público, donación de sangre, identidad de
género), nuestras familias tienen amparo constitucional y nuestro
movimiento está más vivo que nunca. De hecho, algunos hicieron el acto histórico de besarse hoy en el Congreso frente a Rafael Núñez. Espero que estos próximos cuatros años logremos el derecho al matrimonio y a la adopción.
Ordóñez
seguirá desde la Procuraduría queriendo poner palos en la rueda de
la Constitución. Pero al final del día, nuestra carreta es
impulsada por más gays, lesbianas, bisexuales y transgeneristas. Cada vez somos más, estamos más orgullosos y somos más felices.
También se unen a nosotros cada vez más ciudadanas y ciudadanos que
creen, como nosotros, en la igualdad y la libertad. Nuestras familias, amigas y amigos nos apoyan y nos quieren. Nos sentimos acompañados. Nunca, como hoy, habíamos tenido tantos defensores.
El
Procurador es una desgracia para nuestros derechos. Pero somos más grandes que este hombre pequeñito, sepulcro blanqueado, camandulero hipócrita. No es momento para desanimarse, hoy no debe ser
un día sórdido o lúgubre.
Hagamos de este día uno lúbrico,
porque los días y los tiempos son lo que la gente hace con ellos:
Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,que nos depara en vano su carne la mujer:tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.
Nos
esperan cuatro años de oscuridad en la Procuraduría, o en otras
palabras, cuatro años más de amor, sexo y activismo por nuestros
derechos. Al final, derrotaremos a Ordóñez y a los moribundos hombres pequeñitos.
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